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@solitalo

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La CIENCIA aplicada esotéricamente demuestra la potencialidad subyacente en todo Ser. El ocultismo es verdaderamente una ciencia, ya que puede verificar repetidamente diversos estadios de conciencia y de percepciones extrasensoriales, es decir, que es capaz de utilizar o poner en movimiento otros sentidos o facultades más allá de los cinco sentidos ordinarios. Es la propia Ciencia del Alma de la que se esta hablando, la cual nos enseña que el mundo es una manifestación del Pensamiento Divino en todos los grados de la materia que mutuamente se interpenetran.

El esoterista trata de estudiar las cosas en sí mismas, más allá de su aspecto tridimensional. El Ocultista va más allá de las simples hipótesis y suposiciones, él establece una Revolución de la Conciencia, y una didáctica en armonía con las corrientes positivas de la «Era De Acuario».

Se estudian la ciencia de la meditación como máximo exponente de contactos superiores y realización íntima, se estudian los 7 rayos o cualidades diferentes de la energía, las leyes del karma y la reencarnación, los diferentes planos o dimensiones sutiles del sistema solar y sus habitantes, los diferentes cuerpos o vehículos del hombre, la antropogénesis o origen de la humanidad, la proyección directa de nuestra conciencia a través de los diferentes Planos o dimensiones sutiles del espacio, la anatomía oculta del hombre, y los Centros de energías o Chakras y otras potencias energéticas, los poderes espirituales, la cosmogénesis u origen del universo, se estudia también la Ciencia del “Antakarana” o el canal de contacto con el Alma y con el MAESTRO Interno, así como el trabajo para la continua EXPANSIÓN DE LA CONCIENCIA, y el sendero de retorno al Padre o el camino del Discipulado que conduce a la plena Realización del Ser.

Desde el punto de máxima comprensión esotérica podríamos decir que:

«El Creador no solamente esta en todas partes, sino que Él es todas las partes, no existe separación o exclusión alguna. Ese espejismo de disocia-ción sólo existe para las mentes de los hombres. Por eso, esotéricamente se nos dice que todo en el Universo es una parte de Su Ser, incluso nuestro cuerpo es una parte de Su cuerpo, y nuestra alma una parte de Su Alma, de tal manera que cuando nos encontramos a nosotros mismos encontramos a Dios, que es en definitiva lo que realmente somos.

La CIENCIA SAGRADA, es por lo tanto, verificable cuando el aspirante se somete voluntariamente a ciertos procesos de aceleración de la conciencia, denominados técnicamente EL SENDERO DEL DISCIPULADO y el de INICIACIÓN. La práctica del Ocultismo trae inevitablemente el despliegue de las facultades espirituales: sensibilidad telepática, habilidad psicométrica, percepción espiritual y la apertura del Tercer Ojo que conlleva la capacidad de dirigir y controlar la energía de la materia, ver todas las cosas en el Eterno Ahora, estar más en contacto con las CAUSAS que con los efectos, leer los Archivos Akáshicos y ver clarividentemente, así como controlar los elementales constructores de grado inferior.

En las Escuelas de MISTERIOS de la antigüedad los resultados de las investigaciones clarividentes de un INICIADO, debían ser corroboradas y cotejadas por los resultados de otros Iniciados de la Sabiduría Arcaica.

En sus obras, Blavatsky resume la precisión de este método de investigación: «LA DOCTRINA SECRETA» es la Sabiduría acumulada de las Edades… Esta CIENCIA no es producto de las fantasías de uno o varios individuos aislados, sino que es el archivo ininterrumpido de miles de generaciones de ILUMINADOS, MAESTROS e INICIADOS cuyas experiencias respectivas se comparaban con las tradiciones orales transmitidas de una raza antigua a otra, acerca de los SERES SUPERIORES que velaron sobre la infancia de la humanidad.

Durante largas edades, los hombres Sabios de la Quinta Raza (la actual), fueron comprobando, examinando y verificando en cada uno de los departamentos de la naturaleza las antiguas tradiciones, por medio de las visiones de los Grandes ADEPTOS, es decir, de los hombres que han perfeccionado hasta el mayor grado posible sus organizaciones físicas, psíquicas, mentales y espirituales. No era aceptada la visión de ningún Adepto hasta ser confrontada y comprobada por las visiones de otros adeptos, obtenidas de modo que se presentasen como evidencia independiente y durante siglos de experiencia.

En cuanto a la FILOSOFÍA, en su máxima expresión, diremos que en sí misma es “Reflexión Evidente”, un funcionalismo muy natural de la Conciencia. La Ciencia esotérica como filosofía nos enseña que el Sistema Solar es un mecanismo cuidadosamente ordenado, la manifestación de una magnificente Vida, de la que el hombre es menuda parte.

«Lograr El Conocimiento Del “Uno” Es La Meta De Toda Filosofía», dijo Giordano Bruno. La Filosofía es el CONOCIMIENTO de la Unidad mediante la razón, aparte de la multiplicidad de objetos; la ciencia es meramente la observación de objetos mediante los sentidos. Solamente aquel que conoce la UNIDAD es un Filósofo.

El hombre progresa, vida tras vida, bajo las Leyes de REENCARNACIÓN y KARMA, hasta que se da cuenta de la UNIDAD de todo lo que existe y alcanza el conocimiento del UNO. Es el arquitecto de su propio destino, cosechando en cada vida lo que hubiere sembrado en anteriores. Generalmente se piensa que es el cuerpo el que tiene un Alma, sin embargo para el estudiante de ocultismo, ese pensamiento se invierte, comprendiendo que es el Alma el que posee un cuerpo o mejor dicho, varios cuerpos en diferentes planos.

La filosofía como medio de iluminación nos adentra en el misterio de lo trascendental y nos hace participes directos de nuestra realidad esencial, ¡somos un ser espiritual!, esa es nuestra verdadero patria, nuestro verdadero origen, y no el de mundo de las formas, sino al de la luz, al del espíritu, emergiendo a la manifestación como una chispa divina emanada del Gran Fuego Creador, descendiendo al plano físico, al mundo terrenal para experimentar, evolucionar y redimir la materia. En esta profunda reflexión filosófica, hacemos templar las entrañas del temor y nos adentramos en el corazón de la esperanza más pura. La filosofía esotérica es una flecha lanzada al cosmos, donde el arquero, el arco, la flecha y la diana es nuestro eterno SER, el Eterno UNO.

También encontramos que el ARTE es la manifestación más creativa del ser humano. Para crear hace falta inteligencia, voluntad o un profundo deseo o anhelo de materializar. Por doquier encontramos arte, aunque habría que diferenciar entre dos tipos de arte, el Regio o superior y el arte superficial o impulsivo.

La diferencia siempre la encontraremos en el trasfondo de la obra. El Arte trata de revelar, en el mundo de las formas, el poder oculto de los símbolos, ya sean estos: dibujos, jeroglíficos o papiros, música, arquitectura o esculturas. Tenemos a las grandes pirámides de Egipto y de México, a los obeliscos antiguos, lo encontramos en las pinturas de Miguel Ángel, Rafael, y Rembrandt, en los templos sagrados de los Mayas y, en las composiciones magnas de Beethoven, Brahms y Mozart. El arte esta en la poesía, y en las danzas, en las catedrales y en lo ceremonial.

El arte es una ciencia, la ciencia que revela la creatividad y belleza del Alma Universal. Sólo este arte permanece tras los siglos, todo lo demás son sombras o guiños que no perduran, y mueren por falta de luz interior. Toda verdadera obra de arte tiene su propia Luz Interior, como una vida, como un Ser, ya que representan potencias y fuerzas que invocan en los observadores una respuesta, también espiritual, es decir, esencial al propio Ser.

Puede ser que el propio artista no sea consciente de la magnitud espiritual de su obra, de su luz interior, puede ser que el artista sea ateo o agnóstico, superficial y hasta un vividor, pero eso no importa realmente aunque parezca mentira, porque la verdad es que muchos grandes artistas y genios creativos no le han importado para nada el tema esotérico, religioso o espiritual, es obvio que para otras sí y mucho, pero lo importante a tener en cuenta aquí en nuestros estudios, es el profundo contacto interno que ellos poseían con el mundo superior, hayan sido o no conscientes de ello, porque el impulso creador les nacía de su fuente espiritual, que por ciertas razones esotéricas tenían abierta, y otras veces eran simples receptores, precisos canales, de magnificas inspiraciones divinas que trataban de aterrizar en el plano físico.

De todas maneras, lo importante es recordar que el reconocimiento del arte precisa de nuestra propia luz interior, porque cuando la Luz del Alma brilla en las mentes de los hombres toda la luz que hay a su alrededor también se ilumina, o se hace visible, y es entonces cuando realmente descubramos cual es el verdadero Arte. Sin lugar a dudas el más elevado artista es el Logos, siendo todo Su Universo su Glorificada Obra Magna, que de momento ningún ser humano ha podido igualar.

Tenemos también la RELIGIÓN. Para el estudiante este elemento de estudio será uno de los más importantes en la reconstrucción de la SABIDURÍA ARCAICA. Según el Ocultismo, la Religión es el resultado de una revelación primitiva de Dios, que le hizo al hombre a través de intermediarios divinos. Todas las religiones hablan de AVATARES que descienden periódicamente desde círculos superiores a la humanidad, así como la existencia de otras JERARQUÍAS de Seres Espirituales que ayudan a los hombres en su proceso de evolución, denominándolos Ángeles, Arcángeles, Devas, etc.

Esta revelación divina era una sola en la antigüedad, por ello si bien las diferentes religiones son aparentemente divergentes en sus formas, EN EL FONDO TODAS CONDUCEN HACIA LA UNIDAD. Todas ellas son como los «pétalos de una misma flor»; cada pétalo es distinto, pero el CENTRO es el mismo para todos ellos. La religión nos aporta un sentido superior, una ética espiritual y humana, un código natural en armonía con los impulsos supremos de nuestra alma. El origen o la etimología de palabra religión deriva del Latín “RELIGARE”, que significa ligar, unir, así pues el camino religioso trata de volver a fusionar al hombre con Dios, éste es su verdadero sentido existencial, la razón de su creación.

Solemos hablar de Doctrina Esotérica, no como de una religión en sí misma, sino como de la VERDAD que por igual subyace en todas las doctrinas religiosas. Buscar lo verdadero y bueno de cada religión, esa es la clave. El Esoterismo reconoce que en el interior de todas las Grandes Religiones del Mundo, palpita intensamente el CORAZÓN de lo Divino que abraza y espera se abrazado.

En todas las religiones hay algo de sectarismos (aunque no sean destructivos), y esto es debido en gran parte, a que voluntaria o involuntariamente necesitan, casi todas, de alguna forma el «Monopolizar la espiritualidad y la única salvación», y esto es debido, generalmente, a la inseguridad que proporcionaría el no estar en la mejor o en la “verdadera”, esto ya en sí asigna una importante barrera al Espíritu y a su Libertad. El miedo impuesto por algunas de ellas sobre la condenación eterna, el castigo divino y cosas parecidas; si no seguimos a su Dios o a su doctrina, etc… han sido en gran medida la causa esencial de muchos agravios, y de la actual indiferencia que existe en un gran sector de la humanidad inteligente y libre. Esto ha provocado en gran parte un vacío difícil de llenar, un dique en las corrientes vivas del Creador.

El esoterismo enseña al hombre el verdadero sentido de la religiosidad reconociendo en todas las religiones una misma enseñanza. Una enseñanza que trasciende lo aparente y penetra en la misma raíz de su origen. Las enseñanzas esotéricas nos muestran un panorama diferente, amplio, inclusivo e interactivo, dónde lo importante no es la fe ciega, sino el reconocimiento intuitivo, veraz de dicha fe. Dónde la fe adquiere su poder, su grandeza y su importancia noble en el descubrimiento de la Verdad.

Pues la fe es, el reconocimiento de las cosas no vistas, la manifestación lucida y amorosa de la creación y de su Creador, y todo esto expuesto maravillosamente en el tapete de nuestra vida. No es que Dios este en todas las partes, sino que Dios es todas las partes, no existe nada fuera de él, pues él es la suma de todo lo que existe. Mirado desde este prisma todo cambia, todo se vuelve más puro, más divino. Todo es Dios, en un estado o en otro, más sutil o más grosero, más elevado o más terreno. Pero en definitiva, todo es Dios, todo es energía.

El conocimiento esotérico, nos proporciona el significado y la Clave para poder interpretar correctamente Las Sagradas Escrituras, los libros antiguos y cualquier manuscrito gnóstico, ya que la mayoría de ellos contienen un alto índice de parábolas y simbolismos difíciles de interpretar. «De muchos colores son las vacas (dice el proverbio), pero la leche de todas tiene un solo color. Consideremos el Conocimiento como la leche y los Instructores como las vacas». Y así, debido a su común origen divino, lo esencial en todas las religiones es idéntico, si bien lo no esencial varía.

Las religiones son como las vasijas en que se vierte agua; el agua tomará diferente forma según el recipiente, pero conserva su esencial propiedad de apagar la sed. De igual manera, en las religiones se vierte vida espiritual que asume la variada forma de ellas (requisitos de los tiempos, etapas de desarrollo intelectual de la raza, etc.) pero que nunca deja de ser Una y la misma vida espiritual, capaz de calmar la sed que tiene el espíritu por conocer a Dios.

Además de los cuatro pilares mencionados, el ocultismo posee otros elementos de estudio suministrados por los métodos positivistas de las culturas, entre los que destacan: los escritos de los antiguos, la arqueología, las leyendas y los mitos ricos en simbolismos universales, y verdades ocultas.

Texto de: Francisco Redondo Segura