Etiquetas
@fulgeofulsi, armonizar campo energético, cáncer, ceremonias religiosas, cuerpo y mente, curación de enfermedades, estamos hechos de vacío, física cuántica, inspiración, instrumentos acústicos, intuición, magia, música, meditación, niveles de conciencia, nota musical, paz, poder de la voz, relajación, sonido, vibración es igual a sonido, vibramos a diferentes frecuencias, voz como herramienta de sanación
@fulgeofulsi
La voz es una herramienta imprescindible en el rito del desahogo y en el alivio del dolor físico o psíquico.
La emisión de voz cantada es una forma muy eficiente de elevar nuestra vibración personal, así como también los cantos han llenado de magia y de poder las ceremonias religiosas y mágicas, siendo compañeros inseparables de la humanidad.
Hace más de 20 años que se descubrió científicamente que mediante nuestra voz y el sonido de instrumentos acústicos musicales se puede conseguir la auto-destrucción de las células cancerosas y la curación de infinidad de enfermedades.
Según los últimos descubrimientos de física cuántica, estamos hechos mayoritariamente de vacío y energía vibrando a diferentes frecuencias.
Energía es igual a vibración, vibración es igual a sonido, sonido es igual a nota musical. Con el poder de nuestra voz podemos modificar las frecuencias inarmónicas que nos están causando enfermedad, malestar, desequilibrios y bloqueos en nuestro campo energético, cuerpo y mente.
No es necesario saber cantar, ni tener conocimientos musicales, ni tan siquiera tener una bonita voz. Cualquier persona que puede hablar, puede entonar y se puede beneficiar.
Si supiéramos que nuestra sanación está en nuestro interior, que no hay que buscarla fuera, y que la vibración de nuestra voz es el camino más rápido.
A través de la voz y sus armónicos, y de la vibración pura de los cuencos de cuarzo y tibetanos se evocan instantes de paz, relajación, meditación, inspiración e intuición. Mediante el sonido de la voz e instrumentos acústicos es posible alcanzar diferentes estados o niveles de conciencia.
Fuente: Freddy Ricardo Mora Andrade