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Este un ritual muy hermoso para canalizar la fuerza de esta Luna que viene cargada de gran energía, para dar un giro a las situaciones y circunstancias negativas de nuestra vida presente y así abrir los caminos hacia un futuro mejor, que nos traiga la fortaleza, la armonía, la prosperidad y todo lo que deseemos desde el corazón.
¿Qué necesitas?
- Un puñado grande de arena o sal marina (si no tienes la de cocina sirve)
- Una vela pequeña blanca
- Una vela pequeña anaranjada
- Un vela pequeña roja
- Un recipiente de barro
- Un puñado de hojas romero y otras hierbas como eucalipto, salvia, u otras que tengas bien trituradas
- Alcohol
- Fósforos, preferiblemente de madera
¿Cómo hacerlo?
Primero pones la arena o la sal formando un círculo y con el dedo índice de la mano derecha se marca en ella la espiral, Símbolo, en el mundo Celta, de la Luna y su diosa Ariadna.
Luego colocas las tres velas en triángulo sobre el laberinto, la roja en el vértice (representa a Marte), la de la Luna (blanca) a la derecha y la del Sol (anaranjada) a la izquierda, así sol y luna quedarán uno frente al otro.
En medio de las velas del Sol y la Luna colocas el recipiente de barro con las hierbas rociadas de alcohol.
Ritual
Enciende las tres velas. Primero la de la Luna, luego la del Sol y por último la de Marte. Prende las hierbas y cuando la llama este alta convocas a Ariadna la Diosa de la Luna con este conjuro:
“Ariadna Diosa de la Luna, reina de las estrellas y los misterios. Te llamo en esta hora, llamo a tu esencia y convoco tu fuerza para que llegue hasta nosotros. Tu que eres el alma de la naturaleza. Tu que das vida al universo entero.
Te pido en esta hora que tu Energía se expande mas allá de las ondas y los círculos de tu laberinto. Permite que mis palabras y mis ruegos se hagan ciertos en esta noche.
Te pido para mi y para los míos la Fuerza para alejar de nosotros todo aquello que nos impida tener alegría en el corazón. Por medio de esta humilde ofrenda, te rogamos nos mantengas alejados de todo aquello que puede dañar nuestras vidas, cortar nuestros caminos y romper nuestras ilusiones
Que así sea. Que así sea. Que así sea.”
Las velas se dejan consumir del todo, la arena y el resto de las hierbas quemadas se echan en un lugar fuera del entorno. Lo mejor es un río o el mar, pero puede hacerse donde otro de los elementos, como el viento, los disperse.
Con información de: acovadameiga.wordpress.com