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@solitalo

A muchos de nosotros, nos gusta tener la razón de todo aquello que pensamos, decimos y hacemos, ya que generalmente todo lo que hacen los demás, nosotros lo podríamos hacer mejor.

Esta es solo una idea, es un programa. Cuántos programas hay en nuestra vida, cuántas creencias, pero ¿sabes quién los puso ahí?.

Este ejemplo es bien ilustrativo, hay cinco niños en un salón:

A Pedrito, sus papás, le dijeron que si pisaba el suelo frío, le iba a dar gripe; a Luisito sus papás le dijeron que si pisaba el suelo frió, le iba a dar tos; a Enriquito, sus papas le dijeron que si pisaba el suelo frío, le iba a dar fiebre; a Juancito, sus papas le dijeron que si pisaba el suelo frío le iban a doler los pies; y por último a Carlitos, sus papás nunca le dijeron nada, porque para ellos estar descalzo era algo natural.

Cuando les quitaron los zapatos a estos cinco niños y los dejaron descalzos, los niños se enfermaron de lo mismo que sus papás les dijeron que iban a enfermar si pisaban el suelo frío, menos Carlitos, que nunca se enfermó.

Podriamos decir, ¡qué suelo tan inteligente! ya que a cada niño le dio una diferente enfermedad. Pero el suelo no es el inteligente, sino es el programa que pusieron ahí, en nuestra mente, es esa idea que nosotros creímos ciegamente y que después defendemos, creando con esto una gran controversia entre nuestras creencias y las de los demás.

Entonces, cuando Pedrito platica con Luisito, Luisito dice si pisas el suelo frío te da tos, pero entonces Pedrito dice eso no es cierto, te da gripe y empieza la controversia, ¿quién es el que esta equivocado?

Exactamente ninguno, porque fue lo que en ellos programaron lo que los llevó a vivir la experiencia en carne propia de la enfermedad, ambos tienen razón.

¿En cuántas ocasiones nos enfrascamos en discusiones y defendemos puntos que para nosotros son ciertos y válidos, mas no para los demás?.

Esta frase nos remite inmediatamente a encender la luz. Poner luz allí donde ha surgido la oscuridad, generalmente por discusiones.
Los humanos somos proclives a pensar/sentir que tenemos razón, queremos «ganar» todas las discusiones…

Cuando aplicamos ésta herramienta en medio de una discusión o controversia, en la cual cada una de las partes cree tener la razón, automáticamente la misma se termina y aparece un acuerdo inmediato, donde ninguna de las partes gana ni pierde, se resuelve en beneficio para ambas, que es la única manera de resolver un conflicto.

La armonía y la paz son el resultado de repetir ésta frase: Llave de la luz, llave de la luz, llave de la luz,… ¡Practícala y verás la magia ocurrir!