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adorno fractal, azteca, continuidad eterna e infinita, cruz de Cuatro Cabezas, Cruz Laburu, espiral kármica, Inca, maya, origen etrusco y romano, simbología, tolteca, unión de lo humano y lo divino
Esta cruz de origen etrusco y romano fue adoptada por los vascos, los astures y los celtas posiblemente hace más de tres mil años, por lo que muchos de ellos la consideran propia y de nadie más. Su simbolismo nos lleva más allá del infinito y nos señala los enlaces de la espiral kármica que une lo humano y lo divino, así como las vidas y las existencias, más allá de todo principio y de todo final, porque para esta cruz no hay origen ni final, sino una continuidad eterna e infinita.
Se le puede encontrar como adorno fractal en muchas culturas, más allá del mundo católico o de Europa, como en las culturas azteca e inca, en la maya, y en la tolteca, así como en el mundo árabe y en buena parte de Asia.
Fuente: Jordi Tárrega.El Poder de las Cruces Mágicas.