Es natural tener deseos, pero saber si uno va a estar a la altura de la situación cuando se realicen, es otra cuestión. He aquí por ejemplo, un muchacho que sueña con casarse con una encantadora joven que conoció en un baile. Después de toda clase de peripecias -porque evidentemente, no es el único que se enamoró de ella- logra realizar su sueño. En apariencia, es magnífico. Pero como le falta sabiduría y control, todos sus instintos inferiores comienzan a manifestarse: las sospechas, los celos…vigila a su mujer y a todos aquellos que se le acercan, cree que ella lo engaña, hasta el punto en que un día, llegando a estar completamente loco, la asesina…y helo ahí en prisión. Evidentemente esta historia está algo resumida, pero en general es lo que le sucede a los seres que a cualquier precio quieren satisfacer sus deseos sin conocerse bien y sin haber trabajado sobre su carácter.
Uno quiere casarse con la joven más bella del mundo, uno quiere obtener un puesto de ministro o ser elegido presidente, uno quiere ganar el premio mayor de la lotería nacional…y uno puede lograrlo, pero ¿cuánto tiempo durará la felicidad de haber logrado ese triunfo? Ya al día siguiente, comienzan los problemas. Y entonces ¿uno está listo para afrontarlos?
Omraam Mikhaël Aïvanhov
Compartiendo Luz con Sol 