Reír no significa necesariamente ser despreocupado, superficial y no tener seriedad. La risa puede actuar incluso más benéficamente sobre la mente que una cara seria y pensativa que muchos creen que es la característica de un sabio. Porque en la risas hay energías vivas que alimentan el cerebro.
Reír también permite reponerse, reanimarse. En la vida de cada uno se producen acontecimientos que al comienzo no hacen reír, es cierto, hay que reconocerlo, y es normal comenzar por estar perturbado o apenado, pero es más fácil no dejarse agobiar si uno está acostumbrado a ver el aspecto cómico de algunas situaciones. Por lo tanto, nunca se priven de ese medio poderoso que es la risa para mantener su equilibrio interior y hacer que su existencia se vuelva más manejable. No es porque uno tenga motivos para estar contrariado, triste y desanimado que uno debe aceptar permanecer en esos estados.
Omraam Mikhaël Aïvanhov