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@solitalo

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Las crisis de los países, laborales, familiares, personales, entre otros son llamados de atención del universo, acerca de que nuestro modelo de conducción y realización de esos proyectos, se agotó y debemos cambiar, porque contravienen el desarrollo continuo de nuestro Ser. Pero el cambio no puede venir desde afuera, para que sea real y duradero tiene que venir desde adentro, desde nuestro Ser.

Luchar para cambiar nuestro exterior sólo nos proporcionará un alivio efímero de la crisis, pero después ésta regresará de nuevo. Entonces nos quejamos y decimos que tenemos “mala suerte”. Las crisis son oportunidades de crecimiento, pues nos vemos obligados a a derrumbar las limitaciones internas que obstaculizan nuestro éxito, éste proceso se menciona fácil, pero ejecutarlo es difícil más no imposible.

Cuando estamos inmersos en una “crisis” somos presa de una gama de emociones como: la ira, el miedo, la desesperanza, la confusión, el odio…Estas emociones bloquean en ese momento a nuestra mente para que considere y desarrolle las salidas o soluciones a esa situación. No es válido derrumbarnos ante esos estados de ánimo, pues estaríamos colocando en riesgo una gran oportunidad de crecimiento y desarrollo mental, emocional, espiritual y hasta físico.

Lo que sí es válido y saludable es aceptar esa emoción, meditar el por qué nos sentimos así, con el objetivo de hacernos conscientes de nuestra situación, por el contrario resistirla o negarla, nos hará sentir peor. Increíblemente observaremos cómo ya esa emoción deja de tener “poder” de dominación sobre nosotros, y así nuestra mente podrá percibir las posibles soluciones que llegan desde el Universo o la Divinidad como guía para superar esa situación que nos desestabiliza.

¿Cómo tranquilizo mi mente durante una crisis, para poder conectarme a la Gran Fuente de Sabiduría y Conocimiento Universal (Dios, Divinidad, Universo, Jehová o cómo la conozcamos)?

Primero, estimados lectores debemos aceptar con humildad que no somos infalibles y que la solución por ahora es “desconocida” para nosotros, pues si la supiéramos no se hubiese generado la crisis. Luego realizamos este pequeño ejercicio que les voy a recomendar, que los ayudará a estar en control en esas situaciones que nos pueden agobiar:

1. Siéntate con la espalda recta en un lugar que sea cómodo para ti, donde el ambiente sea relajado y privado.

2. Realizas una respiración purificadora, que consiste en hacer 18 respiraciones profundas en un minuto, en cada respiración inspiramos el aire profundamente a nuestros pulmones, expandiendo simultáneamente el abdomen, luego expiramos todo el aire contrayendo nuestro abdomen pronunciando el sonido “HA” al salir el aire por la boca hasta que nos quedemos vacíos.

Mientras realizas ésta respiración visualiza cómo el aire entra por tu nariz, se concentra en tu vientre y luego sale por cada orificio de tu cuerpo, purificandolo.

3. Luego decimos mentalmente o en voz baja (cómo lo prefieras), con las manos entrecruzadas colocadas en nuestro chakra corazón, lo siguiente:

”Me conecto con la Energía de la Fuente, del Padre Celestial Todopoderoso, para que su Energía Divina descienda sobre mi y selle cada célula de mi cuerpo y partícula de mi Ser”.

Si lo deseas luego puedes recitar un Padre Nuestro.

4. Visualizamos, una Luz (tu Ser te mostrará el color que te corresponde) que desciende desde el cielo ingresa por nuestro chakra de la coronilla, recorre nuestra columna vertebral y sale por nuestro chakra raíz (ubicado en el área genital). Si no puedes observar la luz no importa, coloca toda tu intención en conectarte con el Padre Celestial. Medita por unos minutos esta visualización.

5. Ahora, coloca tus manos en forma de cuenco o vasija, perpendicular a tu chakra del plexo solar y mientras respiras, visualiza en tu mente como depositas en una esfera imaginaria sobre tus manos, todas la emociones que te perturban. Colócale etiquetas a esas emociones y visualiza, cómo esas emociones salen de tu plexo solar y se depositan en la esfera imaginaria. Cuándo sientas que se llenó, entregasela a tu Ángel preferido o al Arcángel Zadquiel y pídele que la lleve al Padre Celestial para su transmutación y aplicación de la Ley del Perdón, y que ésta energía regrese a ti convertida en energía Divina.

6. Repite el paso 5, pero en el chakra del corazón.

7.  Si no, crees en los Ángeles, imagina que la esfera sale de tus manos y envíala directo al Padre Celestial.

8. Luego coloca tus manos sobre tus muslos, con las palmas hacia arriba, y quédate sentado unos minutos agradeciendo desde tu corazón por todo lo que tienes (por insignificante que sea) y por esta maravillosa oportunidad de conexión.

Sentirás, cómo esa densidad que te agobiaba, te abandona, permitiéndote tener claridad en tus pensamientos. Escucha tu intuición o Maestro interno, pídele que bajo la Gracia Divina, te muestre o te indique las posibles soluciones a tu problema.

Se recomienda realizar este ejercicio antes de dormir. Se puede repetir durante el día, las veces que lo necesites. Recuerda, tu realidad proviene de tu interior, todo en el exterior es sólo nuestro espejo. No tomes nada personal, sólo somos instrumento de Dios Padre aquí en la Tierra.

Yassellis J. Ruiz R.
Fuente: hermandadblanca.org