@viajesdenacho

El preámbulo de la declaración la Declaración de Derechos Humanos proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 reza:

 “Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana. “

En el artículo 1, reza: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”

Esta declaración se basa en la idea de que todos los habitantes del planeta Tierra, son “seres humanos” y de que aparte de la “familia humana” no cohabitamos con otros seres.

Además, explica que “el ser humano” está dotado de razón y consciencia.

Vamos a ir más allá en el concepto de “ser humano”. Un ser humano del planeta Tierra tiene un cuerpo físico con apariencia humanoide y además tiene un alma animada por un espíritu primordial que a su vez recibe el Aliento de Vida de la Primera Fuente, Dios. Este ser humano se encuentra inmerso en un proceso de evolución lumínica que le lleva a experimentar infinidad de vivencias para expandir la Creación.

Estás experiencias lo llevan a sentir todo el rango de emociones humanas, pasando por periodos de oscuridad y de luz y al final termina por comprender, aumentando el nivel de su conciencia, que el Amor de Dios es el motor del Universo.

El alma de dicho ser humano puede no ser de origen humano, es decir, dicha alma puede haber comenzado su aventura en la creación encarnando por primera vez de forma individualizada como un ser de raza diferente a la humana. Aunque un alma no sea humana igualmente está dentro de ese proceso de evolución lumínica, es decir, el recipiente que escoge el alma es simplemente eso, una forma de experimentar la vida que es infinita desde una nueva perspectiva.

Ahora sabemos, que en el planeta Tierra, cohabitamos “seres humanos” y seres con cuerpos físicos y apariencia humana pero que no son “humanos” de acuerdo a la explicación anterior. Lo que diferencia a estos “cuerpos biológicos de apariencia humanoide o programas biológicos” es lo siguiente:

-Un “ser humano” tiene alma individualizada y un espíritu primordial que anima dicha alma.

-Un “programa biológico” carece de alma y por ende de un espíritu primordial , ese programa biológico es animado por energías derivadas de tecnologías capaces de mantener “algo” vivo.

-Un “ser humano” tiene al menos 7 centros de energía que lo conectan con diferentes cuerpos sutiles, incluyendo un corazón energético.

-Un “programa biológico” tiene los primeros 3 centros de energía que le permiten recibir la energía necesaria para su supervivencia, su reproducción y su actividad en el mundo. No tienen corazón energético.

-Un “ser humano” es capaz de sentir empatía, remordimiento o interés alguno en temas trascendentales.

-Un “programa biológico” es incapaz de sentir empatía o remordimiento a partir del amor. Si pueden tener comportamientos adecuados siempre que sean convenientes a sus objetivos en la sociedad. Su intelecto es fruto de su conexión con quien lo maneja, tal cual un títere.

-Un “ser humano” debido a que tiene un alma individualizada y un espíritu primordial que la anima, está bajo la Ley Universal del Equilibrio, por lo tanto aquello que lanza al desequilibrio debe ser eventualmente compensado hasta balancearse y liberarse. Recordemos que dicho espíritu se encuentra en un proceso evolutivo lumínico por decisión propia.

-Un “programa biológico” al desencarnar, energía se disuelve sin entrar en la rueda del karma. Sus titiriteros se encuentran alineados con la fuerza involutiva y no desean “evolucionar lumínicamente” por lo tanto están directamente opuestos a Dios y al Orden Divino.

Comprender que no todos los seres en la creación tienen el mismo concepto de “evolución” es básico para entender que cada ser usa la energía de la forma como así lo decide, y podrá experimentar hasta donde pueda. En caso de que un día se aburra y desee ir más allá del modo supervivencia y conquista, pues tendrá que lidiar con la Ley Universal del Equilibrio ya que se encontrará con una pared evolutiva que le impedirá ir más allá de su estado vibratorio.

Retomando el tema del “ser humano”, si un 20 o un 30% de quienes conviven en el planeta Tierra, no son “humanos”, si durante miles de años se han ido creando programas biológicos para que cumplan papeles dentro de la matrix involutiva, entonces la Declaración de los Derechos Humanos es solo para los “humanos” pero no para estos robots biológicos.

Los seres humanos somos los responsables de crear estos programas biológicos debido a nuestra absoluta ignorancia en relación a la forma como se manifiesta la vida y como un espíritu/alma puede decidir entrar o no en un cuerpo recién formado. Una forma de crear “programas biológicos” es teniendo relaciones sexuales con absoluta falta de amor, de hecho, dos “seres humanos” con un bajo nivel de consciencia pueden engendrar “programas biológicos”. El amor es lo que magnetiza a un espíritu.

Entonces, somos nosotros los que suministramos los títeres a los titiriteros, que, en vez de gastar energía en manifestarse físicamente, nos dejan a nosotros que lo hagamos para ellos y les es mucho más fácil manejar un títere y cuando muere pues buscan otro.

El problema radica en diferenciar a los “seres humanos” de los “programas biológicos”. Por supuesto que ya existe dicha tecnología, y quienes la manejan van a evitar que se descubra, pero también tenemos una tecnología incorporada en el ser humano: quienes tienen abierto el 3er ojo o el ojo del espíritu pueden saber si una persona es un “ser humano” o no, esto aunado a una profunda intuición nos permite saber con quién estamos lidiando.

Esto no quiere decir que los “programas biológicos” son malos, o que debemos destruirlos, todo lo contrario, están allí para que nos convirtamos en “maestros” seres humanos y en la medida en que elevemos la consciencia colectiva de la humanidad, dejaremos de crear “programas biológicos” y estos dejarán de ocupar los espacios de la matrix involutiva, ya que estaremos construyendo una matrix evolutiva  en donde los titiriteros ya no tendrán cabida alguna.

Lo que esta explicación puede darnos luces, es respecto a muchas situaciones que ocurren en el mundo, en donde “programas biológicos” realizan actos en contra de la vida misma. Dichos actos nos hacen dudar de la naturaleza humana, ya que luego de cometerlos ni siquiera existen rastros de remordimiento. Dudamos entonces de Dios mismo, pensando “pero como pudo Dios sostener la vida de una persona así”, ahora sabemos que Dios no está animando dicha vida.

Cierto, todo es parte de la Mente Divina, incluyendo a todos estos titiriteros, pero no todos cumplimos los mismos papeles en la creación, y teniendo libre albedrío podemos ir inclusive en contra del Plan Divino y de la evolución lumínica, hay seres que están alineados con la fuerza involutiva y están en contra de Dios mismo, aunque sean parte de la Mente del Supremo. Esa libertad de escoger el tipo de energía con el cual deseas vibrar es lo que mantiene a la Creación en movimiento.

Esto tampoco quiere decir que todos los que comenten crímenes son “programas biológicos”, por el contrario, la mayoría son “seres humanos” experimentando su lado oscuro, su papel de victimarios, pero allí adentro hay odio o amor, y empatía hacia algo o alguien, y también un eventual remordimiento. Dicho espíritu está en un proceso evolutivo y sufrirá las consecuencias de dicha decisión.

Pero en estos momentos planetarios, se hace necesaria esta explicación ya que son inútiles las esperanzas de convertir a un “programa biológico” en un “ser humano”, debido a que carecen de intereses espirituales o de trascendencia. Lo que si podemos es crecer nosotros, los “seres humanos” en consciencia humana y cósmica, recuperando las memorias de lo que significa “ser humano” y asumiendo nuestra responsabilidad como raza humana del planeta Tierra.

Si queremos ir más allá de nuestras narices, y si por fin hemos decidido dejar de dar vueltas en círculos, pues hay verdades que tienen que salir para ser asumidas y enfrentadas.

Con respecto a los seres extraterrestres o intraterrenos (muchos son de razas que han estado en la Tierra antes de los humanos) también pueden parecer humanos, pero no lo son, nuevamente, ellos tienen un mayor nivel evolutivo y manejan altas tecnologías, aunque no necesariamente tengan un alto nivel espiritual. Usualmente su nivel de manejo mental es tal, que pueden proyectar en la mente de un individuo o de un colectivo la imagen que desean. Así que despertemos a nuestra realidad actual para poder evitar una posible destrucción del planeta por desidia colectiva.  

La matrix involutiva se sustenta en nuestra propia ignorancia, desidia e indolencia. Nos proyectan a la mente eso que queremos creer que es lo real, como explicamos desde su misma apariencia física hasta lo que deseen para sus propósitos de cosecha energética.

Cuando un colectivo decide ir más allá de la división, del odio y del resentimiento, asumiendo su responsabilidad como creador del caldo de cultivo que mantiene a los titiriteros, podrá elevar la vibración a un nivel en donde la conexión entre el titiritero y el “programa biológico” se debilite y se termine rompiendo, dejando a ese “programa biológico” sin energía que lo anime.

Todos los “seres humanos” somos Uno y cuando despertemos recuperando nuestra divinidad, seremos capaces de sostener la Luz para este maravilloso planeta Tierra.

Natacha Henriquez Paneyko
Escritora. Autora de «El cuerpo astral y los universos paralelos»